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martes, 7 de mayo de 2013

Relato 53



¡Hoy os traigo el capítulo 53!

Por fin. Podéis decirlo. Pero exámenes, puente y trabajos no es buena combinación y no creáis que he acabado. Esto va hasta junio (finales). De verdad, no es mi culpa, ya me gustaría a mí acabar…

A ver, como os he hecho esperar tanto os diré un par de cosas. La primera como es obvio, he adelantado el capítulo al miércoles. Lo segundo, los capítulos sean así de cortos es para poder publicar MÁS capítulos y MÁS a menudo. Si preferís, sinceramente decidmelo y publico el doble o triple pero cada dos semanas o más. No hay problema, para mí es lo mismo. Lo tercero, os adelantaré algo por tener que esperar, es el ÚLTIMO desde el capitolio narrado por Gale… *suspense*

Tardaréis algo en descubrir que ha pasado en la cueva, pero empieza la ‘acción’ por decirlo de alguna manera. Si puedo adelantaré algo por twitter y fb, incluso podría publicar un adelanto un día de estos en forma de entrada.

Deciros que cuando acabe la historia la volveré a leer, a corregir, añadiré y quitaré cosas, mejoraré la escritura de los primeros capítulos y cuando esté contenta con el resultado, lo dividiré en los verdaderos capítulos (si aquí acabo con 100 por decir algo, a lo mejor al recolocar hay 40 más largos). Y lo subiré a PDF como me habéis dicho muchos para descargar para el e-book. ¿Qué os parece la idea?

Tengo que hacer una entrada otra vez con los premios en cadena y otros premios que se llaman J.Manson a los que recibimos tres nominaciones y las ganamos también :)

Y no me enrollo más. Disfrutan del capítulo, espero que os guste. Esta historia es por ganar tiempo y porque la drama está muy vista, hay que poner algo bonito de vez en cuando. Como siempre, un comentario me sacará una enorme sonrisa.




***


El día que las televisiones de Panmen se encendieron, recuerdo que aquel día no espere a que se dijesen los nombres, salí corriendo a buscar a mi hijo. Mi corazón iba más rápido que mis piernas. Podía sentir congelarse cada milímetro de mi cuerpo hasta que llegué a la habitación.  Él todavía estaba en su cama. Le abracé como no lo había hecho antes, aferrándome a él. Johanna entró desolada, le dije que todo estaba bien, que Mark estaba en casa pero ella negó con la cabeza. Estaba pálida, demasiado pálida. La única frase que dijo fue ‘se han llevado a los hijos de Catnip’ Estaba tan preocupado por Mark que ni siquiera caí en que los únicos hijos de vencedores eran Amy y Gale.

Ese mismo día cogí un tren dispuesto a hacer lo que fuese por mi mejor amiga. Estaba dispuesto a arriesgar mi vida, pero no la de mi familia. Y eso ahora no ha cambiado.

-Te quedarás y cuidarás a Mark, prométeme que no le dejarás solo ni un minuto Johanna, prométemelo. Tienes que mantener a la familia unida.
-Esta familia no es nada sin ti Gale
-Cariño, prométeme que pase lo que pase cuidarás de Mark, por favor.
-Sabes que siempre lo haré.

La beso y se aleja con Mark, no sin antes darme un abrazo. Ambos van a casa, ha intentar olvidar lo que ocurre. Johanna jugará con él, le entretendrá para que no haga preguntas, para que no tenga que vivir esto. La voz de Haymitch me despierta de mis pensamientos.

-¿Qué significa Johanna para ti, Gale?

Después de esa pregunta los recuerdos me invaden, se clavan en mí como las flechas que usamos nosotros en el bosque.

Un día mientras estaba en el 2 organizando a los pocos grupos que quedaban del antiguo Capitolio, vi a Peeta y a Katniss en la televisión. Trague saliva y aguanté como pude serio ese momento. Sin expresividad en mi cara que dejase al descubierto mi debilidad. Johanna me agarro la mano y me dijo algo que nunca olvidaré “Yo también sé lo que es estar sola. Estoy sola en esto Gale. El Capitolio me torturó una y otra vez, me destrozaron la vida, pero no me la destrozaron por eso. Se llevaron a toda mi familia. A Finnick. Fui yo la que tendría que haber estado en esa alcantarilla, no él. Mi mejor amigo murió sin más, sin despedidas, sin que pudiera decirle que le quería. Que le necesitaba. Le echo mucho de menos Gale, cuando pienso en él, oigo su risa, recuerdo sus ojos, sus sonrisas, todos los momentos que estamos solas. Todos esos recuerdos me hacen daño porque él ya no está. Se merecía una vida, con Annie, con su hijo… Lloró cada vez que pienso en que ya no está a mi lado. Que nunca volverá, que jamás volveremos a reír juntos. Que lo único que me queda de él son los recuerdos. Entonces me doy cuenta de lo sola que estoy. De lo sola que estaba Gale, hasta que te encontré. No me gustaría perderlo todo de nuevo” Agarré fuerte su mano y aparté la mirada del televisor para ver algo que merecería aún más la pena. Una mujer luchadora, una mujer que realmente merecía vivir, una mujer que debía ser feliz, por todo lo que había pasado.

Cuando dijo eso abrí los ojos. Vi que aquello que había sentido podía ser real. Tal vez para mi Katniss ya no existiese, tal vez en mi corazón Johanna se había hecho poco a poco un hueco y hasta entonces no me había dado cuenta.

Desde aquel día estuve a su lado, hablaba con ella, la sostenía para que no se derrumbase. Para mí era extraño, pues la única persona a la que solía hablar así era a Katniss.  Johanna sin embargo, era diferente y aunque estaba mal, aunque estaba destrozada por dentro, yo la amaba. Parecía raro querer a otra persona a la que no fuese Katniss pero algo dentro de mí aparecía cada vez que Johanna estaba. No un cosquilleo, sino ganas de vivir, de vivir junto a ella cada momento del día.

Ella era como yo en muchos aspectos. Ella fue derrotada, destrozada y dañada. Ambos somos tercos, rebeldes, luchadores. Reconozco que tal vez todavía conservemos una gran sed de venganza por todo lo que sufrimos. Los dos perdimos a nuestros mejores amigos. Pero algo que teníamos en común resaltaba entre todas esas cualidades, no teníamos a nadie a quien amar. 

Yo la conocí en el 2, por su tratamiento. Nos habíamos encontrado el uno al otro en un mar de oscuridad, en la tormenta, en el olvido.  Cuando fui al 2 pensé que sería el final de mi vida. Sin mi familia, sin Katniss, fuera de mi hogar…no fue el final de nada, era sólo un nuevo comienzo, un nuevo comienzo con ella.

Recuerdo también una vez que fuimos al 4 a visitar a Annie y a su hijo que apenas era niño. Quería llevar a Johanna allí por muchas cosas, para empezar, para que superase que su mejor amigo se había ido, que había muerto, pero que su familia estaba ahí y a él le gustaría que no se separase de ellos. También debía superar aquello que tanto temía, el agua.

Una mañana bajamos a la playa, siempre recordaré aquel día, fue un gran paso para Johanna. "Vamos pequeña, se que puedes conseguirlo", le dije sonriendo a la chica aterrorizado a la que tanto quería. Ella seguía parada, con los ojos abiertos y húmedos. Tiré de su brazo suavemente hacia el agua, ella se acercó hacia mí. Siguiéndome. "No, Gale. No puedo" me dijo casi llorando. La abracé como no lo había hecho nunca, susurrándole que no pasaba nada. La cogí suavemente de la cara y la miré con delicadeza a los ojos. "Sí, sé que puedes cariño. Inténtalo conmigo. Contaré los pasos. No te soltaré nunca. Estamos juntos en esto Johanna, siempre estaremos juntos  Me soltó y sonrió levemente. Respiró profundamente y tras un suspiro se unió de nuevo a mí. Agarrando mi mano con fuerza. "Lo intentaré Gale. Solo una vez más. Juntos", susurró. Juntos, siempre y en todo Johanna pensé. “Mírame a mí, no mires al agua. Olvídate de todo. Somos tu y yo”  Ella me sonrió levemente, yo la cogí de las manos y fui dando pequeños pasos hacia atrás, mirándola a los ojos. Sin permitirla apartar la mirada de mí. "Uno", dije, y Johanna siguió un poco temblante. Seguí contando. Dos. Tres. Cuatro. "Cinco" dijo ella, su voz sonaba fuerte y decidida. La sonreí y apreté con fuerza su mano. Seis. Siente. Seguía mis pasos. Ocho. Nueve. Sus piernas temblaron, su mano se resbalaba pero la agarré fuerte. Susurre un pequeño juntos que se llevo el viento. “Diez” su voz sonó de nuevo, Johanna miró hacia abajo a sus pies, vio el agua alrededor de estos. Lloro, yo la abracé temiendo que no fuese bueno lo que acababa de pasar, pensando que volvería a derrumbarse. Entonces me sonrío y me dijo con una voz débil “Lo he conseguido. Lo hemos conseguido” y se lanzó a mis labios, el agua nos envolvió pero seguimos allí. No nos movimos, ella no tembló, estábamos destinados. Destinados a estar siempre juntos. 

Todos esos recuerdos pasan por mi cabeza. Suspiro, relajado. Coloco mi cinturón bien, engancho en este el walkie y me dirijo a preparar la operación. Cuanto antes salgamos mejor, hay que descubrir que ha ocurrido con esos aerodeslizadores. Antes de irme contesto a la pregunta de Haymitch decidido.

-Lo significa todo.
-Entonces debes volver con vida Gale
- Lo haré- una sonrisa se dibuja en mi rostro, puede que hasta ahora no lo haya hecho pero abrazo a Haymitch como si fuese alguien más en mi familia. Este hombre y yo llevábamos la fría relación que suponía ser rebeldes escondidos de los ojos del Capitolio, pero poco a poco fue marcando. Convirtiéndose en un padre, al igual que con Katniss. El padre que por una explosión inoportuna dejamos de tener.
Me preparo y salgo por la puerta de la Junta, hay mucho que hacer y no tenemos casi tiempo.