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viernes, 1 de marzo de 2013

Relato 48




¡Sorpresa! 

Hoy os traigo el capítulo 48!

¿Qué pasará en este capítulo? ¿Sabremos si a nuestro querido Finnick le pasa lo que a Odair padre? Tal vez no pase nada, o tal vez, solo tal vez… pueda pasar de todo. Espero que os guste, que me digáis lo que pensáis y que tengáis en cuenta que estoy de exámenes y no he podido revisarlo. Desde hoy hasta el 13 no podré publicar absolutamente nada, por eso estoy aquí escribiendo a toda prisa para dejaros el capítulo 48. Así que nada, ya sabéis la ilusión que hace un pequeño comentario con vuestra opinión.

Antes de leer, mirad estos pequeños avisos:

Q  El 13 me voy a Francia y desaparezco como cosa de un mes, el 12 debo preparar  todo...











































Q  Después volveré en Abril con muchas sorpresas en los capítulos, fotos de tributos y muchas cosas más. ¡Vais a estar más de un mes sin capítulos! No me lo perdonaríais pero de verdad, espero que merezca la pena.

Q  Tal vez a mi vuelta creemos un blog Jane y yo, pero nada de historias, será básicamente de moda, supongo que algún DIY pero no sé porque aún no lo hemos hablado, solo era para que supieseis :)

Q  Llevo retrasando la Lista desde hace un mes lo sé, pero es que NO puedo hacerla. Como compensación en ABRIL habrá una entrada especial dedicada a cada uno de estos blogs ganadores. (PODEIS MATADME SI)

Q  Podéis ver dos nuevas páginas, una se titula ¿Cómo empezó todo?. En la otra he colgado la imagen de la Lista, es una página provisional para que podáis verla.

Q  ¡Ah! Si podéis votarme en dos encuestas a la derecha del blog http://cantodesinsajos.blogspot.com.es/ sería genial!

Creo que eso es todo, os dejo que disfrutéis del capítulo (es algo corto). Espero que os guste y esas cositas :)



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Cansada, la única palabra capaz de describir mi estado de ánimo. Cansada de jugar, de sobrevivir, de todo. Con miedo, miedo a que Finnick se muera pues ha estado a punto de hacerlo hace un par de horas.
Desde que ocurrió eso me he sentado a su lado, con la cabeza apoyada en la fría y rocosa pared de la cueva. Mirando al frente, sin atreverme a dirigirle una sola mirada. De vez en cuando cierro los ojos y respiro hondo, trayendo a mí, recuerdos que me digan que no todo es tan malo. Hasta que los abro, y me doy cuenta de que sí que lo es.

Gale está sumamente aburrido, tanto que ha encontrado un trozo de roca para rayar la pared de la cueva. Bueno, más bien lo tira contra ella porque rayar, no rayaba mucho. Tras varios intentos de escribir su nombre se ha dado por vencido.

Me encantaría jugar con el pero no tengo fuerzas y ahora más que nunca quiero que permanezca en la cueva. Le miro y le mando a por algo de agua, si no le mando beber él no lo hace. Sabe que el agua escasea, no quiere desperdiciarla.

En el fondo me preocupa que descubra la realidad del Juego, pero es que algún día lo hará. Si llegamos a finalistas, no tendré la fuerza para despedirme, no sé como lo haré. Solo sé que le llevaré a casa.  Y llevarle a casa supone muchas cosas. Entre ellas mi muerte. Y esta no me preocupa, no tanto como la de Finnick, Joel, Cristina... No podré hacerlo, suena egoísta, pero prefiero que los maten antes. Que los maten otros, tributos sin remordimientos.

Veo como Gale frota sus ojos cansado y decido mandarle a la cama. Él viene hacia mí y me abraza, se queda así unos minutos. Al final acabo rodeándole con mis brazos, dándole un suave beso en la frente. No sé qué haría sin mi hermano, es lo mejor que tengo en este mundo. Le acaricio el pelo y le levanto la cara, sonriente le doy otro beso y le cojo en brazos. Me levanto y le llevo a la parte de atrás de la cueva, colocando los chalecos en el suelo y tumbándole encima. Tras un último beso en la frente, como el que siempre le daba nuestra madre por la noche, cierra sus ojos cansados, me susurra un te quiero y cae rendido. Yo decido sentarme de nuevo donde Finnick, por si deja de respirar una vez más.

Pierdo la cuenta, la noción del tiempo. Cierro mis ojos, recuerdo canciones de mi madre, recuerdo el sonido del piano, el sonido de los pájaros en el bosque, del agua del lado. Recuerdo el olor a pan recién orneado, la melodiosa voz de mi padre cuando me contaba una historia. Recuerdo las risas con Gale, cuando jugaba con Haymitch. Recuerdo la felicidad, sonrío sin apenas notarlo y abro los ojos de nuevo.

Gale lleva más o menos dos horas dormido, yo sigo en vela, mi sonrisa se borra porque estoy demasiado preocupada. Me sumerjo de nuevo en mis pensamientos evadiéndome del resto del mundo, pero algo me lo impide. Al principio pienso que son imaginaciones mías, luego me alegro de que sea la realidad la que me golpeé en ese momento. Finnick abre los ojos lentamente y pronuncia mi nombre. Se incorpora poco a poco. Estoy asombrada, voy directa hacia él y le agacho la cabeza para ver la espalda. Le quito la venda rápidamente, primero desato el nudo y se la quito poco a poco. Levanto la hoja que está un poco pegada a la herida y cuesta despegarla, pero no mucho. Una mueca de dolor aparece en su rostro. Esta sudando, la cara sigue pálida, como si de un acto reflejo se tratase le acaricio para calmarle. Vuelvo a mirar su espalda. La herida se ha transformado por competo y esta ya casi cerrada. Antes de que Finnick diga nada me levanto y le lavo la zona, de nuevo sigo los pasos de anoche, de esta mañana, de esta tarde, es la cuarta vez que lo hago. No puedo creer que hace unas horas estuviese intentando reanimar su débil corazón.

Le unto la pomada, coloco un trozo de la hoja apretada y vuelvo a vendarla, pero esta vez mas fuerte. Cuando acabo vuelvo a la realidad, el me agarra las manos y me susurra un ‘estoy bien’. Mis ojos llorosos se encuentran con los suyos que recuerdan a la espuma del mar. No puedo controlarme, mis manos acarician su cara suavemente, él las sujeta y de repente ninguno de los podemos detenernos. Esos ojos hacen que me vaya completamente de este mundo, de este infierno. Me olvido de todo, del Capitolio, de Panem, de mis padres, de Colin, de Zoe, me olvido de todo menos de él. Ahora solo pienso en mí, en nosotros.

 Con la mano en mi cara pone sus dedos en mis labios y los baja con lentitud hasta llegar a mi barbilla, me sujeta y me acerca a él. Sus labios y los míos se juntan como la primera vez, lo hace tranquilamente, es un beso pausado, lleno de calma y lentitud. Yo le correspondo. Poco a poco él se atreve a más y yo sin quererlo le sigo. Nuestro cálido beso se aviva poco a poco. A mitad del beso paramos, el me sonríe. Con esa sonrisa que hace que parezca un ángel, me quedo observándole unos segundos, pensando en lo perfecto que es, pero no tarda en lanzarse de nuevo. Nuestros labios se vuelven a juntar y cada vez vamos a más. Una chispa en mi interior empieza a arder. Nuestro beso se vuelve más apasionado. Una de sus manos mantiene levantada mi barbilla mientras que la otra sujeta mi espalda acercándome a él. Sin más, me siento sobre sus piernas. No pienso nada en este momento, mis brazos rodean su cuello y mis piernas se enredan por detrás de su espalda haciendo que estemos más juntos. Él me besa una y otra vez, yo le sigo el juego. Hay Juegos que al fin y al cabo no son tan malos. 


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P.D: ¿Que os ha parecido? Está muy deprisa lo sé pero no hay tiempo :( Os traigo además una pequeña cosita… ¿os gusta alguna para nuestros protagonistas? No me convencen pero no encuentro a nadie para ellos! 


(Haced click para verla en grande)