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domingo, 15 de julio de 2012

Relato 7

Hola a todos!
Hoy os traigo el capitulo 7, la cosa se pone cada vez mas interesante :) Espero que os guste y leer vuestras opiniones en un comentario. Estoy publicando a menudo pero en agosto será diferente porque no voy a estar en casa, me llevare el portátil pero no se si donde voy tendré wi-fi 
Pero no os preocupéis tengo varios capítulos escritos ya así que publicare seguidamente estos días ! Espero que os guste y que no os quedéis muy intrigados ;) Un saludo !

P.D: he aumentado el tamaño de la letra un poco, ¿os gusta así o como estaba antes? 

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-Creo que me has entendido mal Colin, me encantará contártelo a solas, pero en la Arena, cuando tenga mi arco.

Tras mi respuesta la cena fue muy silenciosa, la gente apenas hablaba. Colin se quedo callado, mirándome fijamente, solo volvió en sí cuando su compañera Cathy le dio un tirón en el brazo para que se sentase. Clover a veces metía un nuevo tema de conversación sobre los Juegos y eso dejaba sin apetito a muchos. Al principio la gente tenía miedo de irse pero no muchos aguantaban lo que significaba estar allí, escuchando halagos sobre los Juegos, los Juegos en los que muchos moriríamos. Los tributos se fueron retirando poco a poco, cuando se habían ido ya unos once o doce, decidí llevarme a mi hermano para acostarle, el pobre estaba agotado y parecía que se iba a quedar dormido encima del plato. William, Joel y Cristina se despidieron de mí cuando me levante y me desearon buena suerte. Finnick ni siquiera me miró a la cara.
La habitación de Gale y la mía estaban cerca, ya no teníamos las salas de antes con un colchón malo en el suelo, ahora eran enormes, y en el centro una cama que serviría para cuatro como yo. Era una habitación lujosa, las paredes con estilos victorianos y lámparas de araña colgando en el techo. Había plantas repartidas por toda la habitación, y bambú en la pared, en la pared izquierda, asomaba una puerta a un enorme cuarto de baño. Este, era enorme, antes de acostar a Gale le bañe un poco por encima, me trague los malos recuerdos para poder hacerlo pero al final lo conseguí. Metí a Gale en una enorme bañera en la que incluso se podía nadar, estaba en el suelo y salían vapores y otras muchas cosas. Cuando apretabas un botón que había a la derecha aparecían muchísimos aceites y cremas, había esponjas, toallas y de todo en el baño pero no me moleste en admirar lo que había a mi alrededor. En cuanto sequé a Gale le puse el pijama que había encima de la cama. Muchos lujos para el poco tiempo que nos quedaba, estoy segura de que la mayoría de los tributos ni siquiera los utilizarían, simplemente se limitarían a tumbarse en la cama y recordar a sus familias hasta que se quedaran dormidos. Cuando tumbé a mi hermano me di cuenta de lo pequeño que era, no ocupaba ni un cuarto de la cama, le conté una historia pero cuando iba por la mitad se quedo dormido, le di un beso en la frente y me fui, porque por una vez me pareció seguro dejarle solo. Me levante de la cama y fui hacia la puerta, Finnick estaba allí, no sé cuanto llevaba y después de su mirada en la cena, me da hasta miedo cruzármelo, no sé qué pensaría de mí, pero tampoco me apetece hablar de ello. Paso a su lado y salgo de la habitación, voy hacia la mía pero cuando me agarra de la mano lo único que puedo hacer es pararme.

-Pensé que te irías con él
-Ya Finnick, se te notó cuando no fuiste ni capaz de decirme adiós
-No fue por eso, cuando le dijiste a Colin lo de la Arena no pude evitar sonreír, porque en un principio creo que pensé lo que todos, que si querías irte. – ¿lo que TODOS? ¿acaso él es como todos? Iba a contestarle pero lo único que hago es desviar la mirada, no quiero encontrarme con esos ojos azules de nuevo- Amy, no te he dicho adiós porque no quiero despedirme, despedirme de ti significa que todo ha acabado.
-Es que todo ha acabado, mañana son los Juegos y yo voy a morir en la Arena– mi voz es débil, porque no tengo la fuerza suficiente para decirle todo lo que me gustaría, así que me suelto de su mano y abro mi habitación, será difícil dormir con tantas pesadillas pero si no duermo algo mañana no seré capaz de hacer nada, antes de cerrar la puerta se me escapa una frase- para mi Finnick nunca has sido como todos.

Cierro la puerta porque no soy capaz de aguantarme más las lágrimas, porque en un día voy a perder todo lo que me importa, bueno no todo. Si estoy segura de algo, es que mi hermano va a seguir con vida. Finnick me pide que le abra una y otra vez pero creo que al final se da por vencido, porque sabe que no lo voy a hacer. Me tumbo en la cama con la esperanza de poder descansar, pero cuando cierro los ojos lo único que me encuentro son pesadillas.
A la mañana siguiente no encuentro mi traje para la arena, me impiden ir a ver a mi hermano así que lo único que puedo hacer es darme una ducha, lo que me llevo mi rato ya que al principio todavía temblaba. Cuando salí me seque, bebí un poco de agua del grifo y esperé con el albornoz a que me trajesen la ropa para poder vestirme, la cual tardó bastante. Estuve pensando en que haría, cuál sería mi estrategia. Estaba claro que quería alcanzar a mi hermano pero después de eso qué hacer. Pensé un rato en como escaparía con Gale en brazos y vi que tenía pocas opciones, si lo lograba tendría que encontrar un refugio para escondernos y una vez que estuviese segura de que nadie lo encontraría salir a por agua. Y me queda la comida, cazar será complicado si no tengo armas. En mi cabeza solo aparecen formas de morir y lo que yo necesito es una oportunidad, una manera de sobrevivir, pero supongo que es complicado. Empiezo a pensar en la Arena, a lo largo de los años la Arena a mejorado, se ha convertido en un lugar lleno de trampas mortales, ¿Cómo será esta vez la Arena? Si fuese un bosque tendría más oportunidades pero dudo que lo pongan tan fácil. Seguramente sea algo inesperado para dar más espectáculo. Una chica aparece con mi ropa, la deja encima de mi cama y sin mirarme a la cara desaparece. La ropa es sencilla y parece cómoda, un pantalón ajustado, unas botas, una camiseta básica… Todo parece muy práctico. Básicamente el mismo vestuario que llevo mi madre tiempo atrás. Aunque yo no tenía chaqueta, en vez de eso tenía un chaleco lo que me hace pensar que esta vez la Arena será un sitio caluroso, o eso o nos moriremos de frio si no encontramos un saco.
 Tenía cinco minutos para vestirme y llegar hasta el tubo, así que me puse la ropa, mi chaleco y empecé a correr para llegar a tiempo, podría haber llegado tarde, o no haber llegado, pero entonces ni si quiera tendría la oportunidad de luchar para vivir. Por el camino me hago una trenza, me doy cuenta de que es como la de mi madre, sin ni siquiera pensarlo me estoy pareciendo cada día más a ella. Me meto en un tubo claustrofóbico y escucho la cuenta atrás. Cuento los segundos que faltan para que mi vida sea un infierno y sin que me diese cuenta ya estaba en la Arena. Ya no había vuelta atrás. Cualquier cosa que estuviesen intentando desde el verdadero Capitolio para encontrarnos no había funcionado y dudo que logren hacer que funcione.